Raquel Caspi ha publicado varios libros, entre ellos Cuando nuestras mascotas se van al cielo y ¿Para qué estamos aquí?, ahora, durante el confinamiento, escribió La maternidad en tiempos de coronavirus. Relatos nocturnos de una mamá común y corriente, un libro que destaca por su autenticidad, emotividad y humor.
Caspi es psicóloga, estudiante y educadora pero, sobretodo, es mujer y mamá. Por eso, durante este tiempo de cuarentena surgió la necesidad de hacer un libro distinto. Conversamos con ella acerca de su proceso de escritura, su percepción de la realidad de muchas mamás, sus lecturas y más.
¿Qué te llevó a querer publicar La maternidad en tiempos de coronavirus?
La verdad es que, para mí, escribir siempre ha sido muy terapéutico. Antes de pensar en que se convirtiera en un libro, escribir representó la adquisición de un hábito nuevo durante este tiempo: ponerme a escribir en las noches. De pronto me dije: «esto creo que puede estar chistoso, puede tocar el corazón de las personas si se comparte porque está como muy real».
En un principio escribirlo fue muy natural, un proceso muy fluido y personal.
¿Te llegó a preocupar que tocases temas muy sensibles en tu libro?
Siempre es un poco «interesante», vamos a llamarlo así, exponerse, porque uno no sabe la respuesta del otro. Al principio, la historia fue para mí, después, cuando empecé a tener la idea de que se convirtiera en un libro, incluso le pedí a mi esposo que lo leyera. Él me decía «¿estás segura?» y yo «sí, sí, no pasa nada, no pasa nada», pero luego me cuestionaba. Me preguntaba cosas y luego me respondía «¿Qué?¡Qué tanto! Todos somos seres humanos y pasamos por procesos muy similares». Hay veces que es rico leer eso, darte cuenta de que no estás solo. La gente es intensa, es rara, es asocial, es amorosa y creo que todos tenemos de todo un poco.
En tu libro abordas la maternidad desde una óptica muy completa: lo amoroso y también lo dificultoso. ¿Qué pensabas sobre este tema?
Mira, para mí está increíble la gente que quiera tener hijos y también la gente que no. Se me hace algo extraordinario el poder decidir, siempre que lo hagamos con los ojos abiertos. Creo que eso fue lo que traté de plasmar en el libro.
Creo que, por generaciones, el tema de convertirte en mamá significa pasar la batuta, seguir el linaje ancestral de las mujeres. Hay un tema de continuar con la historia familiar y nadie te dice que… es una patada en los ovarios.
Durante la cuarentena me di cuenta que todas las mamás estamos pasando por el mismo proceso: estamos agotadas, de malhumor, al borde de la separación o de un divorcio porque nos sentimos cansadas y asfixiadas. Sí, está increíble que sea mi familia, pero no 24/7, pero no todo el tiempo. Al principio me sentía muy culpable por sentirme así, me generaba mucha culpa, me sentía mal conmigo.
Creo que muchas veces cuando alguien levanta la voz todos nos sentimos con permiso para sentirnos así, para que no sea algo que sea mal visto.
Al hablarlo con diferentes personas me di cuenta de que todas nos sentimos igual. Creo que muchas veces cuando alguien levanta la voz, cuando alguien habla un poco respecto a algo, todos nos sentimos con permiso para sentirnos así, para que no sea algo que sea mal visto, sino que se reconozca como parte de la realidad. Sí está siendo muy difícil, ninguno de nosotros imaginó que esto iba a pasar.
Es un libro con muchas anécdotas ¿qué te llevó a escoger las que cuentas en él?
Fue mucho dejarme ir a la hora de escribir, te diría que dejarme guiar por el inconsciente, pero no, porque lo tengo muy presente. No fue algo pensado por completo.
Cuando agregué algunos capítulos, hacia el final, fueron cosas que sucedieron y que pensé, en el momento, que debían estar allí. Son diferentes cosas que han sucedido en este tiempo y cosas en las que he pensado: como mi prima y cómo ella salió adelante, sin apoyo, sin ayuda. Me digo «no me debería quejar tanto».
Como estamos encerrados, la escritura se volvió aún más terapéutica. Yo tengo mil archivos guardados de años, de muchas cosas. Escribir es algo que me gusta y me relaja.
¿Qué fue lo más fácil y lo más difícil de escribir este libro?
Lo más difícil ha sido relatar lo doloroso. Que alguien hable para extorsionar a mi casa y que en esos tres minutos me meta la divertida de mi vida no fue difícil, más bien me sentí otra vez como de 10 años y lo gocé…Pero sí plasmar lo de la histerectomía, por ejemplo, eso me movió mucho.
Yo pasé por un proceso personal (y terapéutico también) donde me sentía, por culpa de esta la histerectomía, menos mujer por un rato…Ese relato me costó mucho.
Los capítulos más sencillos fueron aquellos en los que desfogué las cosas que me incomodan, como el de los chats, esos se me dieron muy fácil.
Que alguien hable para extorsionar a mi casa y que en esos tres minutos me meta la divertida de mi vida no fue difícil…
Cuéntanos alguna anécdota relacionada con tu proceso de escritura
Ocurrió algo muy chistoso una noche, algo por lo que mi esposo se estuvo riendo durante semanas. Yo aprovechaba las noches para escribir, en la terraza de mi casa. El tiempo de confinamiento me hizo apreciar más ese espacio: el aire fresco, la separación de las demás habitaciones.
Esa noche empezó a llover fuerte y, aunque tenemos un techito, yo no me quería mover físicamente. Así que busqué un paraguas para proteger más la computadora, ya que estaba muy contenta de dónde me encontraba, lo puse en un vaso y seguí escribiendo. Mi esposo se asomó a preguntarme: «¿Qué haces?» y yo le respondí que me dejara tranquila, que estaba en mi proceso. Él insistió en que me moviera, pero le dije que estaba muy concentrada. Eso fue algo divertido.
Por tu misma percepción de la escritura has publicado otros libros: ¿sientes que hubo una diferencia entre las reflexiones de tu nuevo libro y lo presentado en textos anteriores?
Escribí el cuento Cuando nuestras mascotas se van al cielo cuando murieron todas nuestras mascotas y lo escribí para mis hijos. Necesitaba que ellos entendieran la situación, de una forma no tan dura. Es un cuento con mucha fantasía, muy noble y lindo, con la idea de que ellos pudieran disfrutarlo. Habla de cómo volveremos a ver a estos animales que tanta compañía nos han hecho.
El otro, que se llama ¿Para qué estamos aquí?, habla de diferentes cosas, que yo considero bastante intensas. Fue mi forma de plasmar ideas/conceptos hacia los niños, particularmente para mi hijo. Él es muy curioso y hace preguntas muy extrañas. En ese libro quise hablar un poco de filosofía, aterrizada a los niños, responder para qué estamos aquí, cuál es nuestro propósito.
Por otro lado, La maternidad en tiempos de coronavirus es, para mí, completamente catártico, absolutamente personal. Lo hice con la idea de que fuese muy real y abierto, también para que otras se viesen reflejadas.
Espero que, de alguna forma, los relatos hagan alguna diferencia en cuanto a cómo nosotras (las mujeres, las mamás) nos vemos a nosotras mismas y nos juzgamos. Quisiera que podamos entablar una mejor relación con nosotras mismas, esto es un trabajo duro y si nosotras somos más duras con quienes somos es más difícil.
Espero que, de alguna forma, los relatos hagan alguna diferencia en cuanto a cómo nosotras nos vemos a nosotras mismas y nos juzgamos.
Todo escritor tiene libros de cabecera ¿cuáles son las lecturas que más te han marcado?
El libro que más me ha gustado y lo he leído varias veces se llama She\’s Come Undone de Wally Lamb. Es una novela donde el personaje principal habla de su vida. La primera vez que lo leí tenía 15 años, luego lo volví a leer cuando estaba en mis 20 y otra vez pasando los 30… Es una historia que me ha marcado profundamente. Puede ser que tomé de allí el hecho de querer ventilar lo que pasa dentro de uno. Es una lectura altamente recomendada.
¿Tienes algún consejo o recomendación de escritura que quieras compartir?
Yo creo que todos somos diferentes, así que no creo que haya una receta de cocina que nos vaya a todos. Creo que debemos tener claro lo que queremos: contar una historia, no perder de vista la idea. Puede ser que nos tardemos un poco más, que no siempre estemos inspirados, que las palabras no fluyan…Pero siéntate y escribe, a ver qué sale.
¿Cómo recomendarías La maternidad en tiempos de coronavirus?
Si quieren pasar un rato desconectados, meterse en la vida de alguien más, meterse en una fantasía, por tiempo breve, este es el libro. Es chistoso, curioso, triste, algo con lo que se pueden identificar. No requiere tanta inversión, atención…es algo simple, que te puede llevar a otro lugar de forma fácil.
Es chistoso, curioso, triste, algo con lo que se pueden identificar.
¿Qué tal fue el proceso editorial con Ígneo?
Estoy feliz, estoy feliz con ustedes. Muchísimas gracias. Me sentí muy acompañada, escuchada, contenida…Fue algo que disfruté mucho. En la escritura hay muchas inseguridades y la verdad es que cada corrección de estilo mejoró aún más lo que yo quería decir, lo que para mí habla muy bien de ustedes.
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