El deporte, como la literatura, genera pasiones. Son muchos los libros que abordan este tipo de actividades, ya sea desde la crónica, la narrativa, la poesía o desde un acercamiento más teórico. Historia del balonpesado como deporte autóctono trata al balonpesado como un objeto de estudio, sí, pero también como un motor que mueve a sus autores a dar a conocer esta actividad, un baluarte cultural para Colombia.
Este libro habla, entrelíneas, del espíritu colombiano: un pueblo que se levanta sobre las adversidades y crea, desde una circunstancia difícil, un deporte que todos puedan jugar: el balonpesado. Conoce cómo sus autores se han relacionado con esta actividad y qué les llevó a escribir este libro.
¿Cómo surge la idea de hacer un libro como Historia del balonpesado como deporte autóctono?
Wilton Perea (hijo): Nosotros venimos de Buenaventura y allí es donde se crea el deporte, sin embargo, nadie lo conoce, no saben cómo se originó, cuáles son realmente sus reglas. Mi relación con el balonpesado empieza desde que era chico, lo jugué en las semanas deportivas del colegio y en la universidad me volví instructor de esta actividad.
Al hablar sobre él en la universidad me di cuenta que había muchos vacíos, que poca gente sabía que es el único deporte en conjunto autóctono colombiano. Noté que, como su historia no está escrita, puede tender a mutar y luego perderse. Al no estar consolidado en la nación puede que desaparezca y por ello me resultaba importante hacer algo con el deporte.
Kelvin Angulo: Yo conocí este deporte cuando ingresé a la universidad. Lo conocí gracias a Wilton. El deporte tiene 47 años de existencia, pero son muy pocas las personas que lo conocen.
Escribir su historia fue una necesidad, al inicio, porque estábamos realizando un proyecto de grado para la Universidad del Quindío. No obstante, Wilton insistió en investigar más, en buscar más respuestas sobre su origen y construir entre todos una guía, un basamento teórico.
Wilton Perea (padre): Yo conocí este deporte desde el año 86, tuve la oportunidad de jugarlo en secundaria, con el propio creador del deporte, y quedamos como campeones en múltiples oportunidades. Si bien es cierto que el balonpesado tiene más de cuarenta años de creado, el conocimiento sobre él es escaso. Nosotros decidimos hacerlo porque queremos que se extienda su presencia.
En el transcurso de la investigación vimos que el balonpesado está presente en un acuerdo suscrito por el Consejo Distrital de Buenaventura, donde se le considera Patrimonio Deportivo y Cultural, sin embargo, es letra muerta, no trasciende. Puede incidir en esto cuestiones políticas o temas de gestión, quizás eso no permitió que creciera.
Hoy se aspira a que este material compilado permita que pueda ser reconocido a nivel internacional. Lo hemos asumido como un reto país, con la idea de crear mella en las instituciones para que el deporte transcienda fronteras.
¿Qué ha sido lo más difícil y lo más fácil de hacer el libro?
Wilton Perea (padre): Nosotros hemos mirado un potencial en este tema. Tuvimos la fortuna de que el creador del deporte y las personas que estaban a su lado, que buscaban maximizarlo, nos facilitaron la información, de lo contrario no habría sido posible hacer la recopilación.
Tuvimos acceso a la documentación desde la creación y el reconocimiento del deporte, como un elemento autóctono, y todo lo que se ha ido gestando en torno a este. Eso fue lo fácil del camino que elegimos: vimos la posibilidad de hablar de un deporte que gusta, pero que no estaba explotado. Gusta tanto que el mismo Ministro del Deporte, este año, se sintió encantado ante una presentación que hicimos.
Kelvin Angulo: Todas las cosas que nos hemos propuesto han surgido. La universidad ha apoyado muchísimo para que el proyecto se haga realidad. En el aspecto negativo: había muy poca información, muy pocos relatos sobre el tema. Creo que esta dificultad ha resultado en algo muy positivo, al final: crear el libro como una muestra de lo que es el balonpesado.
Wilton Perea (hijo): Lo que dice Kelvin es cierto: ha sido un proceso muy gratificante. Hacer lo que a uno le gusta, investigar sobre esto, nos permite brindar mucha y mejor información a las personas con las que conversamos sobre el tema.
Lo más complicado fue conseguir a las personas, que estas nos diesen la entrevista para poder pavimentar las bases de la investigación. También en el ámbito académico fue complicado porque no había bases teóricas, las personas de este medio (la Academia) tienden a considerar que si no está escrito no existe. Entonces, fue un trabajo de hormiguita para hacer que ellos no le quiten mérito al balonpesado.
¿Qué recomendaciones les darías a las personas que quieren escribir sobre deportes?
Wilton Perea (padre): No toda persona se atreve a arriesgarse, a arriesgarse a que demeriten su trabajo. No es fácil hacer un trabajo como este, porque, en nuestro caso, es algo relativamente nuevo. Ninguna otra persona, fuera de nosotros, se había arriesgado a hablar sobre este deporte formalmente y de manera tan insistente.
La invitación es que continúen el legado, que cimienten bases sobre los deportes que les gustan. En el caso de balonpesado, nuestro libro es base y lo que hay que hacer es seguir edificando. Hemos consolidado información importante.
Wilton Perea (hijo): Mucha paciencia y mucho interés por descubrir siempre. No quedarse con la primera impresión de lo que encuentran, seguir investigando, ir más allá. La investigación no es fácil, todo el proceso puede ser complicado, pero da resultados que nutren, que permiten que continúes aprovechando esto por el resto de tu vida.
Kelvin Angulo: Debe haber muchas ganas, mucha pasión, si no hay pasión las cosas no se van a hacer bien. La pasión te llena y llena a los otros. Todo parte desde allí: hacer algo que apasiona.
En nuestro caso, por ejemplo, hemos visto que han pasado muchas personas por la carrera de Licenciatura en Educación Física y Deportes en la Universidad del Quindío y ninguna de ellas pensó en atender este deporte casi desconocido. Ahora, en la ciudad de Armenia, muchas personas lo conocen.
Anécdotas sobre el balonpesado:
Cuéntenos alguna cosa inolvidable que haya sucedido durante un juego o entrenamiento:
Wilton Perea (hijo): Recuerdo una anécdota, cuando jugaba en las semanas deportivas siempre me tocaba cubrir el círculo de anotación. En ese momento íbamos como por 17 goles arriba, entonces, el goleador, ya cansado, me dijo «Wil, haz los goles» y yo no tenía ni idea. Pensé «Yo nunca he hecho esto, vamos a ver cómo nos va». Por mi altura y por la rapidez que tenía me fue excelente, desde allí dejaron al goleador en la banca y me pusieron a mí. Me sentía grande.
Wilton Perea (padre): Yo tengo muchas anécdotas. Gracias a Dios tuve la fortuna de estudiar en el colegio donde estaba el docente que creó este deporte, lo que hacía que su pasión hacia el balonpesado se contagiara a todos. La institución tenía, para ese entonces, un nivel muy alto en cuanto al área deportiva y nosotros, por considerarnos los «dueños» del deporte, siempre ganábamos. Nos esforzábamos y ganábamos. Por eso, frente a los otros colegios siempre se armaban grescas.
Entonces, para limar asperezas con ellos, creábamos equipos de debut, que pudieran jugar contra los equipos de las otras instituciones. Era una manera de compartir todos el gusto por el deporte.
Kelvin Angulo: Hay una anécdota que siempre recuerdo y es que teníamos un compañero al que siempre le lanzaban el balón, entonces, yo me adelantaba, me acercaba más rápido y tomaba el balón y me lo ponía en el pecho. Nuestro compañero se quedaba siempre con cara de impresión, sin saber qué pasó.
Los demás empezaron a hacerle esta jugada al compañero y siempre pasaba lo mismo, siempre se quedaba con cara de «¿Qué pasó?».
Por último, ¿cómo ha sido el proceso editorial con Grupo Ígneo?
Wilton Perea (hijo): La publicación surge porque nuestra asesora de tesis nos lo recomendó. Nosotros, pensando en nuestra edad, sentíamos que eso era para «gente experta», porque Kelvin y yo tenemos 20 años.
Nosotros buscamos, primero, que fuese en ebook, un libro digital porque ese es el futuro. Al encontrar a Ígneo empezamos a sentir, desde el comienzo, que las respuestas eran rápidas, que, a pesar de ser virtual, todo se siente muy cercano. Tenemos atención personalizada y eso nos alegra.
Wilton Perea (padre): Buscamos varias editoriales, en otros países, como Europa y Estados Unidos. Sin embargo, sentimos que Grupo Ígneo cumple con todo lo que esperamos. Hemos visto avances y nos contenta mucho lo que se ha logrado.
Una vez que llegue el libro este irá a entes gubernamentales. Este es un tema país, no es un libro de balonpesado, es una oportunidad de crear realmente un patrimonio cultural, deportivo y académico. Colombia tiene actualmente un poco más de 7 millones de estudiantes en secundaria y primaria, hay un potencial interesante de jugadores, por lo que el país debe conocer el deporte.
Kelvin Angulo: Creo que mis compañeros lo han dicho todo: Ígneo cumple con todas las características para lograr concretar nuestro libro, hacer este sueño realidad. Es nuestra idea que llegue a todo el mundo. Nos ha gustado la respuesta inmediata, la confianza, la posibilidad de las traducciones y del audiolibro, que nos guíen. Todo esto nos ha generado mucha alegría.
Si quieres conocer más sobre deporte te invitamos a adquirir este libro a través de la página web de la editorial Grupo Ígneo, en Amazon y en otras librerías (disponibles en formato físico y electrónico).
Plasmar la historia de un deporte en este siglo quisaz no es fácil, pues el imaginario general, es que ya todo está creado cuando al deporte se refiere.
En este sentido, el mérito que tiene el creador, los escritores y cada una de las personas que aportaron un grano de arena a la forma final de la obra, es valioso, pues quedará la información base para divulgar un deporte y además autóctono.
Mis sinceras felicitaciones al equipo editorial y de escritores.
Excelente trabajo muchachos y muchas felicitaciones, vale la pena resaltar este deporte.el Balón pesado como el no hay dos de Buenaventura para el mundo con mucho cariño.