El escritor Darién Leos Juárez nos invita, a través de El árbol que nunca nos vio mentirle, a explorar la nostalgia, el amor y la pérdida desde una prosa envolvente y poética. En esta historia, el árbol es una metáfora de los lugares y momentos que nos acompañan en la memoria, sin necesidad de forzarlos a formar parte del presente.
Leos explica que siempre ha sido un observador de la naturaleza. En ella encuentra una forma de reflejar las emociones de sus personajes. En su libro, el árbol simboliza un refugio emocional, un espacio seguro donde los protagonistas pueden encontrarse sin las imposiciones del mundo exterior. También representa el dolor de la despedida. Alejarse de este lugar es tan difícil como dejar atrás un vínculo profundo.
Amor, desarraigo y memoria
Uno de los temas centrales de la novela es la relación entre el amor y el desarraigo. También cómo estos sentimientos influyen en nuestra memoria. Para el autor, es clave separar los recuerdos de las emociones que evocan. Cada persona con la que compartimos lazos significativos ha sido parte esencial de quienes somos.
Una prosa envolvente y poética
La narrativa de El árbol que nunca nos vio mentirle busca sumergir al lector en la historia. La intención es que sienta que atraviesa un duelo inevitable. Leos describe el proceso de encontrar la voz adecuada como un camino largo. Sin embargo, fue necesario para transmitir la intensidad emocional que buscaba plasmar en sus páginas.
La nostalgia: ¿ancla o inspiración?
Sobre la nostalgia, el autor advierte que, aunque es un sentimiento hermoso, puede convertirse en un ancla. Es importante aprender a verla como lo que es: un eco del pasado que no debe influir en el presente. Su libro es, en parte, una reflexión sobre esta aceptación y la resignación que conlleva.
Proyectos futuros
Leos se muestra agradecido con quienes se han interesado en su obra. Su mayor satisfacción es que algún lector se identifique con las emociones que habitan en ella. Aunque no tiene un nuevo proyecto concreto en mente, seguirá escribiendo. También explorará esta línea poética y emocional en su literatura.
Con El árbol que nunca nos vio mentirle, Darién Leos nos recuerda la importancia de atesorar los recuerdos sin permitir que definan nuestro presente. Nos invita a un viaje literario donde la naturaleza y la memoria se entrelazan en un relato melancólico y hermoso.