¿Por qué es tan importante un buen comienzo?
Seguro recuerdas la primera vez que leíste tu libro favorito y cómo te hizo sentir ese inicio mágico que te cautivó desde la primera línea. Y es que el impacto que causan las primeras líneas de cualquier obra literaria es crucial, ya que estas palabras son las que abren las puertas del universo creado por el autor para que el lector se adentre, se maraville y conecte —aun más importante— con la obra literaria. Un buen comienzo es importante.
Todo comienzo es importante no solo porque marcará el desenlace, sino también la toma de decisiones acerca de los personajes, si cambiarán o no, si se harán entrañables, si la obra podrá ser lo que el público espera… así de crucial es un buen comienzo.
Momento, ¿en verdad importa tanto?
En el mundo editorial, la primera frase debe ser contundente para marcar la decisión de si será una buena publicación y la demanda que este tendrá. Por otra parte, las primeras líneas de una historia son las que llevarán al lector a adquirir la obra, e inclusive a recomendarla con sus amigos y familiares.
Un inicio enmarcará la victoria o la derrota. Cada palabra cuenta. En la actualidad, incluso el manejo de los prólogos se evita porque su misión es presentar el mundo de la novela, darle alusión a lo que hay en el resto de las páginas. Esto suele aburrir al lector y lo lleva a dejar la obra.
Los buenos comienzos permitirán al lector inferir y maravillarse página tras página con la historia que se presenta. Esto nos lleva a otro punto: al lector nunca debemos subestimarlo.
Muy bien, ¿y ahora qué?
Primero, el autor debe estar inspirado. Esto es fundamental, ya que allí todo fluirá armoniosamente. También debe saber cómo organizar y estructurar sus ideas: qué decir, cómo y en qué forma. Luego de esto, lo ideal es que como autor pruebes el tipo de narrador con el que te sientas más cómodo. Hacer varios borradores servirá de mucho.
Segundo, las primeras líneas deben ser un preludio del tema del que tratará tu escrito, pero siempre creándole incertidumbre a futuros lectores. Y si esto suena complejo, espera que leas esto: como autor debes procurar que el lector se imagine a los personajes físicamente y en el tiempo en el cual está determinado la historia.
Tercero, las primeras líneas deben iniciar con acción. Aunque no lo creas, el lector siempre espera que los personajes sean muy activos en la trama. No imaginas una historia sin acción, ¿o sí? Finalmente, en cuarto lugar, procura ser claro y directo para no redundar en la idea central del párrafo, ni mucho menos usar un lenguaje vago y rebuscado.
Esto será de gran ayuda.
¿No son demasiadas reglas?
Puede que tengas razón, pero por otro lado debemos ser capaces de enmarcar en cada aspecto el género de nuestra obra, además de garantizar empatía con nuestros lectores.
Si lo vemos así, es posible pensar en el desarrollo de una obra irresistible para el lector, y que al momento en que este se encuentre en la librería y la hojee, se sienta tan identificado con el género que no pueda soltarla.
Ahora, querido amigo, «tú, intrépido escritor», seguramente has descubierto algo: cada aspecto al momento de iniciar nuestra obra literaria cuenta, porque permitirá al lector intuir cuál es el nudo central, y lo atrapará, generándole la ansiedad de saber qué ocurrirá cuando pase a la siguiente página. Como autor, luego de un buen inicio adquieres una responsabilidad. Debes «soltar» poco a poco lo que sucederá. Tu público te espera.
Si necesitas más técnicas para seguir con tu libro, puedes consultarnos y te brindaremos las opciones hasta publicar tu libro.