Personajes entrañables: claves para conseguirlo
Muchas veces nos preguntamos: ¿Qué hace entrañable a un personaje? Todos tenemos un personaje literario favorito o un villano literario a quien odiamos con toda nuestra energía. ¿Por qué? Porque tocan las fibras más íntimas de nuestro ser y sentimos una conexión inmediata con él o ella a medida que la historia de desarrolla.
En este punto, de seguro te preguntarás: ¿Qué hace un personaje entrañable para el lector y cuáles son sus principales características? La verdad, no es algo fácil de responder. Pero acá podemos darte algunas ideas.
En el ámbito literario hay una amplia gama de personajes entrañables que sobrepasan a las masas a través del cine y la televisión, este adjetivo, «entrañable», no está realmente conectado a la edad específica del público, sino que el autor de la historia lo construye según la forma de ser del personaje, que será tan fuerte y sólida que muchos se identificarán con él.
Eso está bien, pero ¿qué hace entrañable a un personaje? Unos ejemplos
Un claro ejemplo de personaje entrañable puede ser Harry Potter, o incluso el mismo Hagrid, desarrollados por J.K. Rowling. La autora británica logró que sus personajes calaran en el público mostrando la humanidad de estos, que pueden ser muy heroicos, y a su vez muy frágiles.
Esto nos lleva a un punto central: cuando el lector logra ver aspectos de su persona reflejados en la historia, el autor logra el perfect match con su lector.
Un personaje entrañable es aquel que es más cercano al lector, sea «bueno» o «malo».
Unas reglas
Por lo tanto, para elaborar un personaje literario entrañable el autor debe seguir estas reglas:
- El personaje debe ser universal, con un alter ego perfectamente identificable con cualquier lector.
- El ambiente literario siempre girará en torno al personaje, pero el personaje nunca girará en su ambiente.
- Este carece de defectos, y si los tiene son meramente comprensibles y de fácil aceptación por el público como parte de su modo de ser. Esto permitirá una simbiosis de caracteres entre el lector y su personaje.
- El personaje principal es el centro de atención de la historia, y no puede existir ningún tipo de variante en esto. Significa que la historia no puede de pronto saltar del protagonista al secundario y colocarle el «foco protagónico». Se debe de respetar la secuencia e hilo conductor de la historia y en caso de que exista algún detalle resaltante de algún personaje secundario, este debe destacarse, y en seguida volver con el personaje principal.
- Posee una característica única y especial, que lo diferencia entre todo el universo de personajes de la historia. Por ejemplo, Hermione Granger es la bruja más destacada de su clase, Sancho Panza es un compañero leal y justo y Robinson Crusoe es muy valiente.
- También posee rasgos físicos poco comunes. ¿Recuerdas la cicatriz de Harry o que Sancho era muy gordo? Estos son algunos ejemplos.
- Posee una personalidad arraigada a sus principios, pero cambiante durante el desenlace de la historia, fortaleciendo algunos aspectos, cambiando otros radicalmente, y minimizando algunos detalles.
El atractivo de los personajes
Cuando el autor logra cumplir con estas características y tiene un buen comienzo, atrapa al lector. Y así, es muy difícil que no logremos olvidar a este personaje, o que no logre calar en nosotros y nos haga sentir una ráfaga de empatía con su causa. Por supuesto, esto se logra cuando el autor tiene una personalidad absolutamente bien definida y tiene claro el propósito del personaje en el desenlace de la trama.
Más allá de que la historia atrape por lo que plantea, sus personajes deben de ser de su principal atractivo.