«La felicidad no existe» y «Es posible ser feliz en la vida». Dos afirmaciones verdaderas: la felicidad no existe para aquel que así lo cree; sin embargo, la felicidad es posible para quienes crean lo contrario y lo aplican en verdad.
Recuerdo a mis 8 años una persona me dijo que la vida no era de color de rosa, con un ánimo bastante desalentador. Los adultos no son conscientes de lo que transmiten a los niños; y cuando somos niños escuchamos y vemos a nuestros adultos sufrir, enojarse, y vemos estas emociones como parte de la vida. Lo que queda en el inconsciente es el aprendizaje de creer que la vida es dura, la vida cuesta, la vida es sacrificio y con estas creencias crecemos y nos hacemos adultos con pocas capacidades para gestionar nuestras emociones, las reprimimos y nos las negamos o las dejamos salir sin ningún control.
Tardé más de 20 años en descubrir que la felicidad sí existe, que sí es posible ser feliz, porque aprendí a conocerme, reconozco y gestiono mis emociones. Aprendí que soy un ser humano y que debo sentir rabia, enojo, penas, y por supuesto muchas alegrías; aprendí a vivir mis emociones, ahí encontré mi felicidad, cuando me permití sentir y ser consciente de ellas.
El autocontrol no debe ser sinónimo de reprimir, el autocontrol es hacer consciencia en el momento de la emoción que estoy sintiendo para poder transcenderla y así no llegar a herir a nadie mucho menos a mí misma o mí mismo.
Carola Vital
Autora del libro Afirmaciones y aformaciones positivas para tu cerebro