De la cima al abismo, de sentirse en la cúspide de su vida, personal y profesional, a amanecer en la cama de un hospital con un pronóstico de vida de cinco días y el reflejo de angustia en el rostro de sus seres queridos. Así fue para el colombiano Didier Carrillo su transitar al borde de la muerte. Sin embargo, su fe, su lucha y las ganas de demostrar que los seres humanos tenemos la capacidad de enfrentar cualquier obstáculo, le permitió salir adelante, con una nueva enseñanza y una historia que contar: Decisiones de vida. Una lucha constante por la felicidad.
El primer libro de este autor, contador público de profesión y coach ontológico por vocación, es una obra que simboliza su batalla y pretende ayudar a otros a entender, desde sus enseñanzas de vida, los distintos procesos que le han permitido resistir las duras pruebas que ha enfrentado. Un recorrido por sus historias desde su infancia, basados en experiencias vividas que buscan brindar una guía en la sanación física, mental y espiritual del lector.
¿Qué te inspiró a escribir Decisiones de vida. Una lucha constante por la felicidad?
Mi deseo de escribir el libro nace cuando me doy cuenta que voy a ser padre, que voy a tener un hijo en un mundo que es demasiado complejo. A medida que va pasando el tiempo, el mundo comienza a exigir más de las personas, de nosotros y yo me decía: «chévere que Dios me dé la oportunidad de tener un hijo —uno de los mayores deseos que tenía— pero cuál es la responsabilidad mía como padre frente a él».
Me di cuenta que es muy difícil, demasiado complejo que él pueda vivir, conocer o imaginar las situaciones que yo viví, esas situaciones, buenas o malas, que me ayudaron a crecer, que me fueron formando como persona, haciéndome lo que gracias a Dios soy, una persona fuerte, que ha sabido sobrellevar momentos difíciles y que le ha sabido ver el lado bueno a las cosas.
Mi deseo de escribir el libro nace cuando me doy cuenta que voy a ser padre, que voy a tener un hijo en un mundo que es demasiado complejo.
Quería con esa experiencia que Dios me había permitido tener, dársela a él, enseñarle cómo la vida es de decisiones, cómo en la vida se me fueron presentando muchísimos escenarios donde tuve que decidir cosas, como el día que me ofrecieron consumir drogas, y tomé la mejor decisión. Quise que a él, mi historia le sirviera de ejemplo, de referencia para cuando le toque tomar una decisión, sin decir que soy perfecto, porque creo que he cometido demasiados errores, como todo ser humano, pero sí tengo la seguridad de que las situaciones que he vivido y lo que me ha marcado la vida, podría para mi hijo y el de cualquier persona, servir como un referente para que pueden sobrellevar el mundo, sobre todo ahora con lo complejo que está.
En tu libro, cuentas historias que te marcaron desde pequeño. ¿Fuiste consciente desde temprana edad de que esas decisiones te dejaban una enseñanza? ¿Cómo crees que se puede construir la confianza en sí mismo desde tan joven?
Desde mi niñez tenía muy claro que tenía que tomar decisiones. Tenía claro que en las condiciones que yo crecí no eran en las condiciones en las que yo quería morir o estar toda mi vida. Era consciente de que tenía que arriesgarme, era y soy consciente de que las decisiones que uno toma van a marcar positiva o negativamente en tu vida. Todo lo que yo reflejo en mi libro, es lo que pasó y cómo lo viví en ese momento.
Sabía, por ejemplo, cuando tenía que enfrentarme a algo que me daba miedo o pena, que debía seguir adelante, no me quitaba las fuerzas ni me impedía tomar una decisión y cuando lo hacía, automáticamente me dejaba una enseñanza. Como lo cuento en el libro, esas reflexiones me sirvieron para decisiones posteriores que iba a tomar y marcaron cualidades, virtudes y ciertas destrezas en mí.
Era y soy consciente de que las decisiones que uno toma van a marcar positiva o negativamente en tu vida
Creo que a nuestros hijos y a la juventud de ahora hay que enseñarles a ser fuertes, que el mundo no es un paseo, sin ser trágico o verlo todo desde el lado negativo, pero hay que darnos cuentas que a los niños hay que dejarlos caer un momento, que sientan, de vez en cuando, una necesidad, porque si todos tenemos la posibilidad de ofrecerles a nuestros hijos las mejores condiciones que tenemos, en una bolita de cristal, cuando el día de mañana faltemos y tengan que hacer su vida y se den cuenta que la vida da golpes muy duros, ahí es cuando se enfrentarán a verdaderas decisiones difíciles.
En Decisiones de vida hablas de valores como la amistad, la integridad, la responsabilidad, y sobre todo de la fe. ¿Qué tan importante es para Didier Carrillo?
Yo pienso que la fe lo es todo, como dicen, mueven montañas. Lo malo es que no tenemos fe o en ocasiones, nos falta o mal entendemos la palabra fe, que es creer en lo que hoy no puedo tocar ni ver, pero ser consciente de lo que puede llegar a ser.
Cuando uno logra tener conocimiento de que la fe tiene una fortaleza dentro de nuestras vidas, logramos alcanzar cosas que para muchos es imposible.
La fe es uno de los principales valores y virtudes que debe tener toda persona, tener fe tanto en sí mismo y confiar que cualquier cosa que podamos soñar lo vamos a alcanzar, que siempre vamos a tener la voluntad y apoyo de un ser supremo que nos va a guiar y que si estamos haciendo las cosas bien y si vamos a proponernos algo que va a edificar nuestra vida, con toda seguridad, se puede lograr
Te enfrentaste a muchos escenarios trágicos y diagnósticos médicos nada alentadores. ¿Cómo hacerle frente a esas situaciones, no conformarse y seguir luchando?
Sería mentiroso decir que es fácil y que uno se levanta y todo lo resuelve en un segundo. Primero hubo demasiado dolor, momentos muy difíciles donde uno se quiebra y hay un poco de dudas, pero en el fondo, cuando tú te propones algo y no te dejas vencer, cuando sueñas que las cosas van a ser diferentes, es entonces cuando las fe nos llena, nos permite recargar energías y salir bien librados de cualquier situación. Para mí no fue fácil levantarme bajo esas condiciones, no fue fácil sobrellevar una situación como esa.
Ese es el mensaje que en parte quiero llevar con el libro, sobre todo a esas personas que hoy están viviendo algo igual o peor a lo que yo viví, que están en un momento donde están colocando a prueba su fe, porque cuando uno está al borde del abismo, uno se pregunta: «¿será que me voy a dejar vencer?» y llega esa fuerza y ese deseo de no dejarse sobrellevar por las circunstancias, donde piensas: «vamos a salir adelante». Con la fe puesta en Dios, en mi familia y pensando que había muchas cosas por qué luchar, logré vencer esos diagnósticos. Todos los especialistas decían que no iba a vivir, que no iba a volver a sonreír o que iba a quedar postrado en una cama y hoy por fe, por la bendición de Dios y muchísimas cosas que se lograron cambiar en mi vida, soy un ejemplo que se puede lograr, que se puede avanzar pese a todos esos diagnósticos médicos.
¿Cómo fue para ti el proceso de escritura?
Fue una meta que me propuse en la vida. Quería dejar ese mensaje que había logrado aprender. Un día me propuse iniciar. Era el deseo de dejar un documento para mi hijo y comenzó a fluir cuando tenía el espacio, por el tema de trabajo y familia y por muchísimas otras cosas, no soy un escritor de sentarme todo el día a escribir y dedicarme solamente a un libro, sino que era como algo casual, cuando existía la posibilidad. Con la pandemia tuve mucho más tiempo para escribir.
Para mí fue muy agradable vivir la experiencia, dejar fluir el pensamiento y que todo quedara en letras.
No fue complejo pero si fue retador, pues se estaba contando gran parte de mi vida, que muchos no conocían y que incluso podían llegar a tildarlas o tener un juicio, pero lo hice sin ningún tipo de temor, porque lo hice desde el corazón y del deseo de dejar un aporte positivo a la sociedad.
¿Hay alguna anécdota curiosa respecto al proceso de realización del libro?
Lo que me pareció más curioso del tema de la creación fue que un día que inicié a escribir a las 5 de la tarde y terminé a las 5 de la mañana. No era capaz de dormir, no era capaz de parar, sino que todo iba fluyendo y me daba el deseo de escribir, tenía el espacio, no tenía sueño, lo disfruté mucho, no me cansé, y dormí muy rico después de tener ese espacio de escritura.
Además, me pareció muy curioso cuando ya logré culminar el libro y lo leí. No alcanzaba a imaginar que yo lo había escrito, pensé: «¿cómo lo hice, de verdad lo escribí yo?». No sabía que tenía ese don y la posibilidad de escribir un libro.
Luego, al tener el libro en mis manos, la sensación es como la de tener un hijo. Pienso que cuando una persona se decide a escribir un libro, está marcando su vida, su historia, está dejando un legado. Ese era uno de mis deseos. Espero que sea un mensaje positivo y le ayude a las personas que tengan la posibilidad de leerlo.
Nuestros autores generalmente tienen lecturas o escritores que los han marcado. ¿Didier Carrillo tiene algún autor preferido?
Me gustan mucho los libros de superación personal, me gusta mucho Paulo Coelho, me parece un escritor que dentro de sus historias da muchísima enseñanza, permite que la mente sueñe. También hay algunos libros de Robert Kiyosaki que me gustan.
Si tuviese que dar un consejo o recomendación a otros escritores o a quienes desean iniciarse en la escritura, ¿qué les dirías?
Ojalá todas las personas pudieran escribir un libro. Todos tenemos la posibilidad de escribir, todos tenemos ese espacio para realizarlo, nunca tengan miedo o duden en hacerlo si es lo que realmente desean. Mucha gente les va a decir que no lo hagan, los van a criticar y les van a decir, «¿para qué?», pero si lo quieren hacer, háganlo, y cuando se decidan piensen si están aportando algo malo al mundo, o al revés; piensen qué historias van a contar. Cada quien puede escribir desde sus escenarios, de lo que haya vivido, todos tenemos la posibilidad de soñar con qué libro vamos a publicar.
Imagínate que eres un youtuber o un librero, ¿cómo invitarías a leer Decisiones de vida. Una lucha constante por la felicidad?
Yo los invitaría a que nos demos cuenta de que la vida es un gran número de decisiones que vamos tomando, una enseñanza constante que nunca termina. Yo solo he escrito unos pequeños capítulos de mi historia. Decisiones de vida está dirigido, especialmente, a las personas que hoy están pasando un momento difícil, que están viviendo situaciones que consideran que no hay forma de sobrellevarlas; pero también está dirigido a personas que quieren estar preparados por si llegan a enfrentar momentos complejos.
Yo cuento en mi historia cómo lo logré superar, cómo lo logré mediante la fe y muchísimos valores más.
En el libro demuestro que a pesar de que los médicos dijeron que iba a quedar con parálisis facial o tirado en una cama, con muchos problemas de salud, hoy no los tengo. Estoy seguro de que cualquier persona que esté viviendo una enfermedad o episodio trágico en su vida, después de que logre sincronizar sus palabras y su mente con sus sueños, con Dios y con el universo, lo puede sobrellevar, pero si se deja vencer y ganar la batalla, aunque sea algo sencillo, lo va a ver como lo más trágico del mundo.
En mi libro, cuento cómo a nuestros hijos se les pueden presentar situaciones difíciles, donde los van a incitar a hacer algo indebido y donde van a tener que tomar decisiones. Ahí es cuando me pregunto «¿qué le hemos dejado? ¿Qué les hemos dicho?» y digo «¿qué vamos a hacer, invitarlos a leer o comprarle un video juego de guerra?». Es lo que hoy debemos hacer con nuestros hijos, enseñarles a leer y a tener las condiciones mentales, psicológicas y argumentos para nunca dejarse vencer. Por eso, este libro también es para los padres y para todo aquel que quiera tener un hijo.
¿Qué tal fue el proceso de edición con Grupo Ígneo?
Me gustó muchísimo, son personas muy profesionales, siempre estuvieron atentos a cualquier recomendación que les hice. Me gustó mucho que no cambiaron la esencia. Ahí están las palabras que yo quise escribir, no cambiaron el mensaje que quería con mi libro, pero sí lo lograron pulir, porque no soy un escritor como tal, con todo el conocimiento puntual dentro del tema de la escritura y ellos lograron crear esa estética y guardaron la esencia que yo tenía. Siempre tuvieron en cuenta mis opiniones. Además, me gustó mucho el trabajo final y cómo resultó el tema publicitario, la foto de portada, todo.