Descripción
Zailón emprende un viaje para hallar su fe: un Dios verdadero, que le haga sentir la justicia y la misericordia. Sin embargo, en Cantabria encuentra la primera dificultad: al interrumpir un rito, se ve obligado a caminar con un buitre de forma permanente.
Estoy sediento y cansado. Mil viajes hice por el mundo y nunca encontré paz. Mi alma triste se alimenta vorazmente de pesimismo y sobrevive en la inmundicia de este mundo. Solo tengo que girar a mi alrededor para ver cruentas espinas que se lanzan unos a otros y se desgarran el alma. El desierto me sofoca, pero me siento más a gusto acá que en una ciudad de gente fatua y venenosa.
A través del desierto, se escucha el rumor de un profeta que recorre sus arenas y se dirige hacia un pueblo en el norte; he venido siguiéndole para conocerlo. Dicen es joven y predica un nuevo mensaje a la humanidad. Y, en honor a la verdad, nunca antes había sentido mi corazón tembloroso, al borde del llanto, como si realmente fuera a encontrar lo que he venido buscando hace 50 años.Una fe inquebrantable en que encontraría su destino, aunque fuera en el último día de su vida, lo había llevado a recorrer incontables lugares, hurgando entre religiones, sectas, gurús, monjes y falsos profetas. Había bebido de las fuentes serenas del Corán y el budismo, pero nunca había encontrado la ansiada felicidad de despertar cada día sabiendo que tenía la respuesta al llamado que la vida había guardado para él.
Así inicia esta historia, la de un viejo anciano que camina delante de un dantesco buitre. En sus pasos lleva un mensaje divino.
Luis Tello
Médico peruano. Ha dedicado gran parte de su vida a la medicina, su pasión más arrolladora. También escribe por placer, aspirando a que sus historias contribuyan a que el mundo sea un poco mejor.
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